10 rincones que visitar en Pontevedra

10 rincones que visitar en Pontevedra

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Aunque solo se conservan cinco preciosos ábsides góticos, parte del muro sur de la iglesia y la entrada al convento, las Ruinas de Santo Domingo rezuman esplendor por los cuatro costados. Fundado en 1281, el convento perteneció a la orden dominica y en su interior se pueden admirar elementos de alto valor artístico e histórico como sarcófagos, escudos de armas o sepulturas de personajes como el caballero Tristán de Montenegro. Forman parte del conjunto Museo de Pontevedra.

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En la Gran Vía de Montero Ríos, en pleno centro neurálgico de Pontevedra, se sitúan dos de las maravillas naturales más importantes de la villa del Lérez, testigos del devenir de la ciudad desde el siglo XIX: la alameda, que oficialmente lleva el nombre del arquitecto Sesmero -autor de gran parte de los edificios del entorno-, y los jardines de Vincenti, con sus palmeras, magnolios y camelias. Son varios los edificios decimonónicos que se alzan en sus cercanías: el instituto Valle-Inclán, la diputación provincial, además de la casa consistorial, la subdelegación del gobierno y los jardines del Doctor Marescot.

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En el corazón del casco histórico se levanta la Basílica de Santa María la Mayor, considerada el mejor ejemplo de arquitectura religiosa de toda la ciudad; no en vano es Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico-Artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional. Llena de leyendas, las piedras de su fachada acogen representaciones tan singulares como la disposición de la Trinidad con Jesús a la izquierda del Padre, un santo con anteojos o los bustos de Cristóbal Colón y Hernán Cortés a los lados del rosetón. En las proximidades, también se encuentran el Palacete de las Mendoza, edificio decimonónico que alberga el patronato de Turismo Rías Baixas, así como el Centro de Interpretación de las Torres Arzobispales (CITA), dedicado a una de las estructuras defensivas que existieron en la ciudad y que formaban parte de la muralla medieval de Pontevedra.

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Toca reavivar los conocimientos de heráldica y genealogía, así que nada mejor que una ruta sin rumbo hizo por las plazas del casco histórico, para descubrir que en las fachadas de numerosas casonas lucen blasones y escudos nobiliarios. Son paradas obligatorias las plazas de O Teucrode A Leñade A Verdurade A Pedreira y de Méndez Núñez.

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No, no nos olvidamos de la plaza de A Ferraría. Este espacio y su entorno merecen un apartado propio ya que son el centro neurálgico de la vida pontevedresa y donde están algunas de las mejores terrazas de la ciudad. Todo este conjunto se encuentra presidido por la iglesia de San Francisco, los jardines de Casto Sampedro, con la afamada fuente de la Ferraría en medio, así como por un conjunto de edificaciones de piedra, algunas con soportales, de una grande armonía, entre las que destaca la Casa das Caras en la plaza de A Estrela.

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La Capilla de la Virgen Peregrina es uno de los edificios más simbólicos y relevantes de la ciudad de Pontevedra. Está dedicada a la Virgen Peregrina, patrona de la provincia de Pontevedra y del Camino Portugués a Santiago. Fue construida en el siglo XVIII y la forma de su planta está inspirada en una concha de vieira, símbolo por antonomasia de los peregrinos, con final en cruz.

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Otro de los símbolos de Pontevedra, y uno de los elementos más antiguos que se conservan en ella, es el puente de O Burgo. El “puente viejo” (del latín Ponte Vetera) que dio nombre a la ciudad fue construida muy cerca de esta por los romanos; se mantuvo en pie hasta mediados del siglo XII, aunque en tan mal estado, que se tuvo que levantar otro nuevo a su lado. Lo vemos con once arcos rebajados de medio punto, en vez de los quince iniciales. Es paso obligado para seguir el Camino Portugués a Compostela siguiendo el trazado de la Vía Romana XIX.

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Pontevedra está situada en las Rías Baixas, al fondo de la ría que le da nombre, en un enclave privilegiado para la pesca de bajura y el marisqueo. Estos productos de máxima calidad y frescura son los que se encuentran en el mercado de abastos: cigalas, langostinos, nécoras, mejillones, merluzas, besugos, rapes… pero también carne, frutas, hortalizas y flores.

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Ya sea para hacer deporte, para pasear o simplemente para relajarse y disfrutar de sus bellas vistas, en la Illa do Covo está la Isla de las Esculturas, el mayor museo al aire libre de Galicia y una de las pocas iniciativas de estas características existentes en el mundo. Doce artistas de renombre internacional tomaron como tema central el granito gallego y cada uno de ellos ideó una obra que se interrelaciona con el paisaje, con la tradición del lugar, con la historia de la escultura y de la piedra y muy especialmente con la esencia del hombre y su relación con la naturaleza. Los eucaliptos ocupan parte de las 7 hectáreas del recinto, pero se introdujeron otros árboles frondosos y aún se mantienen ecosistemas como las junqueras silvestres, en las que despunta la presencia de patos y otras aves. Por algo el lugar es la antesala del LIC del Lérez (Lugar de Interés Comunitario), que se encuentra bajo protección de la Red Natura 2000.

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La visita al Museo de Pontevedra es imprescindible. Reconocido como uno de los museos más representativos de la historia, la arqueología y el arte gallego, fue creado en 1927 con el patrocinio de la Diputación Provincial. Actualmente tiene seis sedes diferentes que puedes visitar en la orden que prefieras: el edificio Castro Monteagudo, el edificio García Flórez, el edificio Fernández López, el edificio Sarmiento, las ruinas del Convento de Santo Domingo y un moderno sexto edificio entre las calles Serra y Padre Amoedo. Sus fondos reúnen auténticos tesoros, como la colección de orfebrería, única en Europa, con joyas espléndidas de más de 4.000 años de antigüedad, piezas en azabache compostelano, cerámica de Sargadelos, salones del siglo XIX, o la reproducción de la cámara de oficiales de la fragata Numancia, con sensación de oleaje y mareo incluida.